2013-07-18

MARQ / propuesta / cocina abierta “acotada”

Las cocinas abiertas al salón tienen sus partidarios y sus detractores. Es indudable la sensación de amplitud que genera prescindir de esa separación, tanto al salón como a la cocina, especialmente si esta no es grande. También lo es la posibilidad de convivencia en un mismo espacio mientras distintas personas desarrollan distintas actividades, y no la sensación de que quien está en la cocina está aislado de los demás (niños jugando, amigos invitados charlando,...)
Aunque también es cierto que no es una opción que guste a todo el mundo, la cocina no deja de ser un espacio en que se generan suciedad, grasas, olores y desorden, a veces viene bien tener una puerta, del tipo que sea, que la aísle del salón.

En los casos de pequeños apartamentos esta opción es casi obligada, en los de viviendas mayores la decisión depende de la familia, de cómo les guste convivir en su casa, de lo que suelan cocinar,...

Si lo habitual en cocinas abiertas es que el límite de estas sea una encimera, una barra de desayunos o una mesa, las que os muestro hoy tienen en común que, siendo abiertas a un espacio mayor, se han resuelto con algún elemento que visualmente las delimita y acota y hace que se entiendan como una estancia dentro de otra.
Es una solución que a mí me gusta en el caso de optar por cocinas abiertas y se puede lograr ocupando quiebros en la propia planta que las independizan o a través de mobiliario, revestimientos, techos diferenciados o cualquier otro elemento que no divida el espacio pero que de a cada función un carácter distinto.

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Y vosotros, ¿sois partidarios o no de cocinas abiertas?





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