
Se trata de la reubicación del
restaurante en un local en planta baja de un edificio residencial que sustituye
al que lo albergaba anteriormente.
Como punto de partida, el local tiene
frente a calle, con tres grandes ventanales, y fachada posterior a patio de
manzana. Entre ambas zonas, un desnivel de 2 m., de forma que la que da a la
calle cuenta con una altura libre de 5 m. y la posterior de 3 m.
arquitectos
/ Felipe Pérez Aurtenetxe, Elena Usabiaga y
Gerardo Zarrabeitia / pauzarq
“Se toma la
decisión de suavizar el gran salto o desnivel añadiendo una estructura
intermedia de madera que conforma un nuevo comedor a media altura que sirve
para escalonar el restaurante.
Se plantea una división funcional del restaurante en
dos zonas, apareciendo una línea que divide el local de fachada delantera a
trasera, separando la parte pública de la privada. La zona de servicios se
sitúa a un lado, adosada a la medianera regular del local. Es aquí donde se
localizan la cocina, los vestuarios y el almacén, este último comunica con la
zona de acceso con el fin de facilitar la carga y descarga. La superficie
restante del local la ocupa la atención al público, que se divide a su vez en
tres niveles o comedores.
Desde la entrada se tiene acceso a un primer nivel
donde se sitúan la barra por un lado, los aseos y un primer comedor con
capacidad para 25 personas. A partir de aquí surgen a modo de terraza
escalonadas los dos comedores restantes. Desde la escalera adosada a la caja de
aseos-vestuarios se accede en primer lugar a un nuevo comedor con dimensiones y
capacidad similares al primero y situado a un metro sobre la cota de acceso.
Finalmente, la escalera desemboca en el último comedor (a cota del patio de
manzana) que por su posición y dimensiones adquiere un carácter más reservado”.
fotografía /
Felipe Pérez Aurtenetxe / pauzarq
Los distintos niveles de comedores
cuentan con barandillas de madera de roble que, como material predominante
sobre una base neutra, le proporciona al local elegancia y calidez.
La formalización de estas barandillas
por medio de listones cuadrados separados entre sí actúa como filtro visual que
aporta privacidad en los niveles superiores y se convierte en la imagen más
potente y reconocible del proyecto.
El mobiliario se resuelve con elementos
de diseño sencillo que no entran en competencia con la presencia constante de
la madera.

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lámparas modelo Tali de Fambuena
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