Se dice que en 1948 Florence Knoll, una
exitosa arquitecta dedicada al diseño de interiores en el Nueva York de los
’50, pidió a Saarinen que diseñase para ella “una silla que se pareciese a una
cesta llena de almohadas… algo en lo que me pueda acurrucar”. Se dice que
Saarinen era escéptico y que ella le “tuvo que rogar” para que trabajara en el
diseño, como muchos en aquellos años, experimentando con nuevos materiales como
la fibra de vidrio y las resinas.
Y se dice que finalmente así nació la
delicada y escultural silla Womb.
Incluyo este diseño en la sección MARQ /clásicos no sólo por su “edad”, sino porque pienso que queda estupenda en
cualquier espacio contemporáneo, de hecho la firma Knoll sigue produciéndola en
distintas versiones y colores, incluso un modelo infantil.
Creo que es fácil imaginársela en distintos tipos de ambientes pero yo, como siempre, os dejo unos cuantos en los que aparece.
No conocía la silla y me encanta tanto la historia como la silla. es una monada
ResponderEliminarNos encanta esta pieza, es un clásico pero es siempre sorprendente y llamativa.
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