El punto de partida de este proyecto era
un local de 200 m2 en la planta baja de un edificio histórico en el Ensanche
barcelonés. Muros de ladrillo de carga, pilares de acero y cuatro metros de
altura son los elementos que se consideraron esenciales y se descubrieron bajo
las distintas intervenciones y usos que había tenido el local hasta el momento.
Su recuperación pretendió dos objetivos, percibir la amplitud del local y
potenciar su carácter industrial.
El resto, un proceso de proyecto y obra
de tan sólo tres meses y un reducidísimo presupuesto que obligó a una estricta
selección de los materiales y procesos en función de las necesidades económicas
y de disponibilidad.
Suelos de hormigón pulido, paramentos de
ladrillo perforado y mobiliario y revestimientos con 50 unidades de tableros de
250 x 125 de 18 y 30 mm de grosor con una reducción máxima de mermas completan
un local en el que la especialidad son hamburguesas “slow food”, con una carta en
la que elegir desde el tipo de pan hasta las salsas y condimentos.