“Que la casa no destruya esta sensación
de paz que tuve la primera vez que me asomé al horizonte desde esta loma, y que
la proteja”, fue el encargo que hicieron a los arquitectos los dueños de esta vivienda.
Dado lo escarpado del terreno, la
organización general del proyecto se vio definida por la necesidad de adaptarse
de manera racional a la topografía. La vivienda se ubica aprovechando una
pequeña plataforma natural, minimizando el movimiento de tierras y consiguiendo
una perfecta adaptación de la arquitectura al terreno.
arquitectos / Emilio Medina y Diego Varela / MVN Arquitectos
coautor / Daniel H. Nadal
Sobre una
plataforma existente orientada a levante, al mar Mediterráneo, y en un terreno
con una fuerte pendiente se sitúa la vivienda. Esta se organiza en tres bandas
que se encuentran desplazadas longitudinalmente. La primera, en contacto con el
terreno, que alberga el garaje y la cocina. En la central, por la que se
produce el acceso, es ocupada por el espacio principal, el salón comedor a
doble altura y, al final, la habitación principal. La tercera y última banda
alberga las habitaciones de los hijos y la de invitados, una pequeña sauna y un
taller de escultura y pintura con un patio-almacén para el secado y almacenaje
de piezas.
fotografías
vía / plataforma arquitectura,
cortesía de MVN Arquitectos
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